Los contaminantes, la acidificación del pH marino, las especies invasoras, las basuras submarinas, los residuos radiactivos, el cambio climático, la industria y la industria off-shore, así como algunas actividades de exploración marina y la contaminación por fuentes terrestres, son algunas de las principales presiones a las que está sometido el Atlántico Norte, según el presidente del Convenio sobre la protección del medio marino del Atlántico nordeste (OSPAR), Víctor Escobar.
Además, ha defendido que España es “líder en la protección del medio marino” ya que tiene 8.000 kilómetros de costa. Pese a esto, la superficie protegida en el medio marino en España no alcanza el 1 por ciento frente, por ejemplo al 26 por ciento de la superficie terrestre en la Red Natura 2000. De aquí a 2020, se debe alcanzar un 10 por ciento de la superficie marina de áreas protegidas y el buen estado de las aguas.
Esta semana se ha celebrado en Madrid una reunión en la que han participado los 15 estados que integran OSPAR (Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, España Suecia, Suiza y Reino Unido) en el grupo de coordinación de vigilancia y monitorización de la Biodiversidad, donde se han estudiado distintos indicadores para medir el estado de la biodiversidad marina con el fin de que todos los países integrantes hagan sus evaluaciones de acuerdo a los mismos parámetros.
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