Las obras marítimas previstas mejorarán el tramo comprendido entre el espigón norte del puerto y la desembocadura del río Algar, un espacio donde se sitúa la laguna de ‘El Charco’”. Consisten, esencialmente, en sustituir el dique de “El Charco” y sus escolleras por una playa artificial que realizará las funciones de protección costera a la vez que generará un nuevo espacio lúdico para el frente costero de Altea al permitir el contacto del casco urbano con el mar. La futura playa tendrá un ancho de 40 metros y una longitud de 1,6 kilómetros.

Para que la playa artificial tenga una forma en planta compatible con la alienación del paseo marítimo se llevarán a cabo unas obras de estabilización, mediante diques y espigones, previa demolición del dique de escollera que actualmente delimita la laguna “El Charco”.

La laguna de “El Charco” fue creada a finales de la década de los 70 del siglo XX mediante la construcción de un dique exterior de escollera, con el objeto de proteger el frente marítimo urbano frente a la acción del oleaje. La renovación del agua dentro de esta laguna es muy baja, pese a haberse abierto cinco bocanas en el dique con la finalidad de aumentar el grado de renovación.

Actualmente la baja calidad de sus aguas acarrea diversas consecuencias negativas, son un foco de contaminación, no son adecuadas para el baño, generan malos olores y dan un aspecto estético negativo para la población circundante. “El Charco” ejerce un importante efecto barrera, al constituir una separación física entre el casco urbano y el mar.